Texto extraído del libro "Ashtanga Yoga, practice and
philosophy" de Gregor Maehle
Introducción
Durante un viaje de estudio al Ashtanga Yoga
Research Institute en Mysore en 1996, le pregunté al maestro de Ashtanga K.
Pattabhi Jois acerca de la importancia de diferentes Escrituras para el método
de Ashtanga Vinyasa. Con las palabras “Este es el yoga de Patanjali”, él señaló
que el texto de principal importancia para esta escuela era el Yoga Sutra
compilado por el antiguo vidente Patanjali. Él dijo que era un texto difícil y
que sólo el estudio sincero podría llevar a una comprensión. Él me instó a
comprometerme diariamente con el estudio del Yoga Sutra por un largo tiempo. La
combinación de estos estudios con la práctica diaria del Ashtanga Vinyasa me
llevó a comprender finalmente que el Yoga Sutra y el método del vinyasa son en
realidad dos lados de la misma moneda.
Aquel es el
tema central de este libro. Para que la práctica de yoga sea exitosa, no puede
haber separación entre la práctica y la filosofía. Es más, los nuevos enfoques
de la práctica provinieron siempre de la filosofía, mientras que la práctica
prepara al intelecto para la filosofía. De hecho, el Yoga Sutra sugiere
que la investigación filosófica – svadhyaya, o vichara como la
llama Shankara – es en sí misma una forma de práctica y un ingrediente esencial
del camino hacia la libertad.
Este texto
está dedicado a unir nuevamente estos dos aspectos y a restaurar lo que
históricamente fue un sistema, que se perdió a través del tiempo.
El Redescubrimiento del Sistema de Ashtanga Vinyasa
La idea de
que el Yoga Sutra y el sistema del vinyasa son dos lados de una
moneda estuvo muy presente desde el comienzo del linaje contemporáneo del
Ashtanga Yoga. K. Pattabhi Jois recibió el método de vinyasa de su
maestro T. Krishnamacharya; el maestro de Krishnamacharya, Ramamohan
Brahmachary, le ordenó buscar la última copia que quedaba de una Escritura
difícil de localizar, el Yoga Korunta, que se creía que había sido
compilado por el antiguo vidente Vamana.
Según la
biografía de Krishnamacharya, el Yoga Korunta, no contenía solamente el
sistema de vinyasa, sino también el Yoga Sutra de Patanjali y su
comentario, Yoga Bhasya, compilado por el Rishi [sabio] Vyasa. Estos
estaban juntos en un volumen. De esto podemos ver que en la antigüedad lo que
ahora se considera dos sistemas que comparten el mismo nombre – el Ashtanga
Yoga de Patanjali y el Ashtanga Vinyasa del Rishi Vamana – eran de hecho uno.
Aquí vemos
también la idea de que la filosofía yóguica se enseña junto con la práctica.
La práctica
de asana (postura) sola supone un peligro. Según K. Pattabhi Jois, “Los
métodos parciales del yoga fuera de tono con su propósito interno pueden
fortalecer a los seis enemigos (deseo, ira, codicia, ilusión, encaprichamiento
y envidia) alrededor del corazón. El sistema de Ashtanga completo practicado
con devoción conduce a la libertad dentro del corazón de uno”.
Sin
embargo, hoy, estamos en la situación en la cual por un lado existen estudiosos
que intentan comprender el Yoga Sutra sin conocer sus prácticas,
mientras que por otro lado existen muchos practicantes de Ashtanga Vinyasa que
están establecidos en la práctica, pero que no conocen la filosofía de su
sistema. Ambos aspectos practicados juntos harán la práctica fácil, porque
sabemos a dónde conduce y cómo llegar hasta allí. Sin la práctica dedicada, la
filosofía se puede convertir en mera teoría. Una vez establecidos en la
práctica, interiorizaremos rápidamente la filosofía y lograremos el yoga
superior.
La Relevancia del Ashtanga Yoga Hoy
Yo no
afirmo aquí que el Vinyasa Yoga sea la única forma del Yoga de Patanjali. Eso
sería absurdo. Sin embargo, es una de las representaciones más auténticas del
Sutra de Patanjali que aún están vivas.
Este
sistema es precioso – y relevante – hoy porque fue concebido por el antiguo
vidente Vamana, el autor del Yoga Korunta, especialmente para las
cabezas de familia (grihasta). Una cabeza de familia es alguien que
tiene un trabajo y una familia, y vive y trabaja en la sociedad: como opuesto a
un monje, un ermitaño o un asceta (sannyasi). Algunas formas de yoga
están estructuradas para ermitaños que no tienen responsabilidades sociales y,
por lo tanto, pueden comprometerse con técnicas de meditación todo el día.
Sin
embargo, ser un ermitaño o un asceta nunca fue un requerimiento para el yoga.
Como explica el Bhagavad Gita, “Uno que lleva a cabo externamente sus
obligaciones sociales, pero internamente permanece libre es un yogui”. Si todos
dejaran de realizar sus responsabilidades sociales, el texto continúa,
“este mundo estaría arruinado por motivos obvios”. Así, no necesitamos
preocuparnos si la responsabilidad por otros nos distrae de dedicar más tiempo
a nuestra práctica, ya que cumplir con las responsabilidades de uno es la
práctica. Pero lo que es importante es cómo practicamos. ¿Cómo
invertimos el precioso tiempo que podemos destinar a la práctica?
Cuando T.
Krishnamacharya terminó su capacitación, su maestro, R. Brahmachary, le dijo
que debería casarse, tener una familia y enseñar a sus conciudadanos. Esto
sorprendió al joven hombre: estando tan bien capacitado, podría llegar a ser un
gran erudito o el abad de un monasterio. Pero como maestro de yoga de sus
conciudadanos, tendría un estatus social muy bajo.
Brahmachary
le dijo a Krishnamacharya que estudiara el Yoga Korunta, ya que sabía
que lo prepararía mejor para enseñarles a las cabezas de familia. El Vinyasa
Yoga descripto en este texto era la forma ideal del Yoga de Patanjali para las
cabezas de familia, ya que requería sólo alrededor de dos horas de práctica al
día.
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